Según la normativa alimentaria europea, la trazabilidad es
“la posibilidad de seguir el rastro, a través de todas las etapas de producción, transformación y distribución, de un alimento”.
La trazabilidad de los alimentos sigue los pasos de la inocuidad de estos, en especial la carne de res.
Mediante ésta se sigue el rastro de un animal destinado a la producción de alimentos, o una sustancia destinada a ser incorporada en alimentos. Este sistema permite a la industria alimentaria conocer todos los pasos por los que pasa un alimento. Desde las primeras fases de producción hasta que llega al consumidor.
Esta normatividad es sumamente estricta en leche de vaca, aceite de oliva y pescado. Durante todo el proceso, dichos los alimentos siguen un proceso de vigilancia extrema.
Conoce más acerca de esta normativa
El objetivo es que los consumidores tengan la mayor seguridad e inocuidad en el consumo de los alimentos. A través de este sistema es posible seguir el rastro de todos y cada uno de estos pasos con un triple objetivo. La trazabilidad aumenta la seguridad, el consumidor obtiene toda la información necesaria y la gestión de cualquier posible riesgo es más rápida y fácil.
Al igual, existe la trazabilidad hacia atrás, la cual incluye información del tratamiento del producto, cuándo y qué se ha hecho con ellos. La trazabilidad de proceso se refiere al momento en el que los productos se dividen, cambian o mezclan. La trazabilidad hacia delante informa a quién se entregan los productos, cuándo y en qué condiciones.
La seguridad alimentaria dio mayor incidencia a la trazabilidad. La detección de incidentes al seguir los pasos ha logrado identificar fallos antes de que resulten dañinos al público.
Carne de res, puerco, leche, productos vegetales y fruta, huevos, productos ecológicos, comida rápida y alimentos con denominación de origen son algunos de los alimentos que cuentan con sistemas de trazabilidad alimentaria.
Gracias a estos sistemas, se facilita retirar del anaquel un alimento cuando es necesario. Además, los consumidores pueden recibir información específica de determinados productos y es posible investigar las causas de una intoxicación o contaminación.
Implementar este sistema es complejo, pero es una norma que beneficia a tu marca y por ende la seguridad de tus clientes. Las etiquetas son las principales herramientas para llevar registro de manera efectiva.
A través de este proceso mejoras los procesos productivos en tu empresa y cumples con altos estándares de calidad que tus clientes merecen.
